lunes, 2 de febrero de 2015

10 reflexiones del programa MasterChef


Por un intercambio de servicios tuve que ver la final de MasterChef. Estas son mis conclusiones:

1)  Es la muestra concreta del absurdo e irracionalidad de un negocio exitoso. La gente en redes sociales está molesta porque ganó “la burguesa” y no “el cabro del pueblo”. Mi respuesta es la siguiente: El programa duró 4 meses; 2 horas diarias, 10 horas a la semana, 40 horas al mes, 160 horas en total. Los  únicos perdedores fuimos nosotros.  

2) El cocinar es un arte poético y musical. La esencia de lo creativo del cocinar se transformó en una producción del capital en serie, uniforme y análoga, donde la competencia corrompió una actividad vital (la vida está en peligro), como es el ALIMENTARSE. ¿Cómo le podría explicar esto a un extraterrestre? “La gente compite por hacer el plato más rico de comida y, un juez autodenominadoexperto en sabores, determina al ganador”. ¿Ilógico no?

3) Los éxitos de audiencia de un canal dependen del dinero que tengan para comprar formatos de Estados Unidos o Europa, en donde el experimento mediático ya fue comprobado en humanos del hemisferio norte, así como si fueran ratas en un jaula.

4) Si no nos alimentamos, morimos. Aunque parezco lógico, no lo pensamos. A veces creo que debiéramos ser más humildes en nuestras comidas. Por eso considero que es pertinente evitar comer más de lo que el organismo necesita y alejarse de aquello que nos intoxica el cuerpo (lo físico) porque repercute en lo profundo (alma, espíritu, chakra, o como quieras llamarle).

5)  Es violento ver cómo despedazan a un animal por televisión.

6)  Reitero. Cocinar es un gesto de amor. Porque no sólo se entrega “algo” que permite que el organismo siga funcionando, sino que también se transmite un sentimiento de intensa conexión con el otro. En los servicios de comida rápida, hay “cocineros juniors” que no les gusta su trabajo (en su mayoría son estudiantes con sueldos miserables) y lo hacen de mala gana. ¿Qué pasa? Sus frustraciones, pasan ahora a ser nuestras penas.

7)  Vi al Caballero del Gol, Marco Olea, en un rincón dando consejos de cómo cocinar. Recuerdo con cariño su etapa de futbolista. El cocinar, así como cualquier práctica en la historia de la humanidad, no es propia de ningún género.

8)  Al igual que Moreira, me gusta el raspado de olla. Quizás debe ser por la sensación que deja la fritura.

9) La vida de una persona no puede girar en torno a una pantalla de ondas electromagnéticas. Primero fue la televisión, después el computador, y ahora el celular.


10)  Me dio hambre.

No hay comentarios: