domingo, 25 de noviembre de 2012

1 minuto de cordura

Amigos: Les quería contar que soy feliz haciendo talleres de periodismo a niños. Los niños, a diferencia de cómo cree el mundo de los adultos, son sabios; ingeniosos, creativos e inteligentes.

He aprendido -corroborado- que la mayor fuente de conocimiento está en sus corazones. No es necesario leer libros, ni hablar con grandes gurús, ni aprenderse inentendibles dogmas. Si bien estos nos orientan y muchas veces nos dan pistas, la real sabiduría está en nuestro niño interior; en autoconocerse, en reírse sin pensar en qué vendrá después, en jugar por sólo jugar, en ser feliz por sólo disfrutar, en vivir sin saber qué día es. Los niños me ayudan a conectarme con estas emociones, a explorar mis intuiciones, a trasladarme a ese espacio que la modernidad me oculta.

Realmente es genial y lo haría toda la vida, es como una terapia. Hace un par de meses me escabullí en la sucia política electoral y fui candidato a concejal en Maipú. Mis convicciones eran tan claras que nadie- ni la falta de recursos, ni los malos pensamientos- me pudieron detener. Creí tanto en mí y en mis capacidades que me permitió liberarme de las citadinas ataduras mentales. Recibí mucho afecto de gente que no buscaba nada a cambio, de gente que no me conocía y de gente que al final creyó en mí. El cariño y el amor fluyeron, se movieron, fue dinámico, bidireccional y cósmico.

Es esta nueva sensibilidad la que está generando pequeños cambios, una sensibilidad que ya no cree en un representante, en un gobierno, en una religión, sino en un sentimiento, en un sueño profundo, en un bienestar colectivo. Son dos fuerzas que se contraponen, que va mucho más allá de una izquierda o una derecha, que emerge desde la opresión contra el poder y la jerarquía. Y en esto está el mundo.

Me acordé de algo. Paréntesis

Quizás, por mi forma de ser, mis ideas o  mis acciones, algunas personas que me están conociendo me han preguntado si yo fumo marihuana. Y no, yo no fumo. No lo necesito porque sus efectos de liberación ya están en mí. Además mata las neuronas y a mi me quedan pocas. A propósito, estoy a favor de la despenalización del consumo de marihuana, el que quiere, que fume, pero que respete al que esté al lado. Me puse político (otro día hablo de eso).

Otra cosa. Mi campaña política fue en serio. No fue chacota. El periodista de CNN cacho. Hice chistes para alegrarme y sentirme bien.

Vuelvo a lo de mi vida en la actualidad.

La modernidad me pone la encrucijada. Pronto, muy pronto, estaré en situación de calle. Tendré que trabajar y ganar dinero ¿Para qué? Aquí mi sentido se contrapone con la estructura y el ordenamiento actual, con la cosificación de las ideas.

Ya me iré a escribir mi tesis, voy atrasado.