sábado, 2 de noviembre de 2013

Teléfono y política

(Para sentirme acompañado, escucho el silencio)

No tengo mucha plata, pero tengo un blog. Así comienza esta historia de amor, entre un ser humano e internet, entre tú y yo. A ti me dirijo. Sé que esto ahora no lo lees porque aún no nos agregamos a Facebook. En parte debido a que olvidé tu apellido y tú no supiste descifrar el mío (espero creer eso).

A ti te hablo mujer. Sí, a ti que te gusta comprar plasmas con los bonos de 40 lucas, mientras tu hijo anhela cambiar su historia y ser el protagonista de su presente. A ti que te gusta pelar al vecino para sentirte segura y comprarte un iphone para demostrar alcurnia. Te quiero decir algo y que me costó el exilio para darme cuenta: "Tú no tienes la culpa". El responsable es "otro", un "desconocid@" que te tira maní para votes por ellos- y que te inmoviliza- con una melodía de Dj Mendez.

El jueves me llamaste para que sacara la basura de tu casa. Te escuché por más de 1 hora llorar tus súplicas. Me vi atrapado y sólo te respondí con esperanzas vacías. Tu sentencia fue drástica y quizás injusta. Toda tú rabia e ira la direccionaste hacia quienes que igual que tú, recibe bonos de 40 lucas, con hijos muy similares a los tuyos, y que también, están endeudados por estudiar.

Las trincheras se ordenan y apuntas contra uno igual a ti, contra un trabajador más. Que por más que haya pasado por la universidad, sigue siendo un trabajador, endeudando su tiempo para producir riqueza a otro. Ahora ¿dónde están los responsables? (¿Milton Friedman?) ¿cómo nos daremos cuenta? (¿En los libros?) ¿qué haremos para cambiar esto? Por el momento sólo se me ocurre que hay que estar juntos.