2 de la
mañana. En mi sueño aparecía Pinilla chuteando un tiro de supercampeón a la
portería de Brasil en el minuto 120, pero antes que entrara el balón una turbulencia
me despierta. Y recuerdo la triste realidad.
El bus con
ala en el que viajaba se movía más que el Tagada de los típicos “Fantasilandias
para pobres” que se instalan en los barrios populares. Mi vuelo original era
LAN, pero por varias razones que no especificaré para no latearlos, me
cambiaron a una compañía con menos recursos. Le tengo algo de miedo a la altura
así que de inmediato me fijé en quienes serían los responsables de traerme con
vida a Chile. Sólo habían tres personas: 1 piloto y 2 azafatas.
En LAN te
explican por medio de un video interactivo cuáles son las medidas de seguridad.
En esta línea aérea una de las azafatas hace una recreación estilo “Teatro de
Chilevisión”. La azafata parece que no había pasado con buena nota este ramo
porque estaba muerta de la risa mientras se colocaba los flotadores de emergencia.
Cuando
pasó la turbulencia, todo estaba muy quieto, como si estuviéramos detenidos. En
ese momento veo salir al capitán de la cabina de control. “Qué chucha” exclamó
preocupado mi compañero de asiento. El capitán cierra la puerta y al instante
ingresa una de las azafatas ¿a pilotear al avión? El capitán camina hacia la
parte trasera de la nave y vuelve con un desodorante ambiental. Todo muy
extraño. Finalmente entra al baño mirando hacia todos lados pensando que nadie
lo miraba.
Estuvo
cerca de 15 minutos adentro. Se formó una cola de al menos 3 personas que
querían hacer sus necesidades básicas. El capitán no salía del baño. Un
misterio.
Me
comencé a impacientar. ¿Quién iría manejando el avión? ¿Existe un piloto
automático? ¿O era la azafata? Al salir el capitán del baño toda la tripulación
abordo se mató de la risa. El rostro del capitán se puso rojo. Caminó hacia la
parte trasera del avión para dejar el desodorante ambiental en medio de
comentarios irónicos de la gente. Lo que no fue gracioso fue el olor que salió
al abrir la puerta del sanitario; una mezcla de plátano, flores y heces
fecales.
El
capitán entra a la cabina, y al minuto, sale la azafata.
¿A qué
voy con esto? La explotación laboral es tanto que las azafatas ahora deben
conducir aviones.
2 comentarios:
Es como cuando un productor hace notas D:?
Jajaj! Toda la razón compañero.
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