martes, 1 de julio de 2014

Precarización laboral: Azafata piloto


2 de la mañana. En mi sueño aparecía Pinilla chuteando un tiro de supercampeón a la portería de Brasil en el minuto 120, pero antes que entrara el balón una turbulencia me despierta. Y recuerdo la triste realidad.

El bus con ala en el que viajaba se movía más que el Tagada de los típicos “Fantasilandias para pobres” que se instalan en los barrios populares. Mi vuelo original era LAN, pero por varias razones que no especificaré para no latearlos, me cambiaron a una compañía con menos recursos. Le tengo algo de miedo a la altura así que de inmediato me fijé en quienes serían los responsables de traerme con vida a Chile. Sólo habían tres personas: 1 piloto y 2 azafatas.

En LAN te explican por medio de un video interactivo cuáles son las medidas de seguridad. En esta línea aérea una de las azafatas hace una recreación estilo “Teatro de Chilevisión”. La azafata parece que no había pasado con buena nota este ramo porque estaba muerta de la risa mientras se colocaba los flotadores de emergencia.

Cuando pasó la turbulencia, todo estaba muy quieto, como si estuviéramos detenidos. En ese momento veo salir al capitán de la cabina de control. “Qué chucha” exclamó preocupado mi compañero de asiento. El capitán cierra la puerta y al instante ingresa una de las azafatas ¿a pilotear al avión? El capitán camina hacia la parte trasera de la nave y vuelve con un desodorante ambiental. Todo muy extraño. Finalmente entra al baño mirando hacia todos lados pensando que nadie lo miraba.

Estuvo cerca de 15 minutos adentro. Se formó una cola de al menos 3 personas que querían hacer sus necesidades básicas. El capitán no salía del baño. Un misterio.

Me comencé a impacientar. ¿Quién iría manejando el avión? ¿Existe un piloto automático? ¿O era la azafata? Al salir el capitán del baño toda la tripulación abordo se mató de la risa. El rostro del capitán se puso rojo. Caminó hacia la parte trasera del avión para dejar el desodorante ambiental en medio de comentarios irónicos de la gente. Lo que no fue gracioso fue el olor que salió al abrir la puerta del sanitario; una mezcla de plátano, flores y heces fecales.  

El capitán entra a la cabina, y al minuto, sale la azafata.

¿A qué voy con esto? La explotación laboral es tanto que las azafatas ahora deben conducir aviones.

2 comentarios:

Etarra! dijo...

Es como cuando un productor hace notas D:?

Ale Viovy dijo...

Jajaj! Toda la razón compañero.