miércoles, 27 de agosto de 2014

Nicanor y mi poesía



 (Nicanor en una fonda pidiendo terremoto)

Los intelectuales han dicho que mis intentos literarios y poéticos nacieron bajo el alero de Nicanor Parra. Si bien hoy lo reconozco como el máximo exponente de esta corriente filosófica del absurdo, de lo divino y de las desgracias, mis inicios se deben a una ignorancia reaccionaria. Incluso era tan poco instruido, un mal que se acrecienta por culpa de Twitter, que cuando comencé a escribir públicamente ni siquiera me había leído un verso de Don Nica.  

Nicanor Parra se ha convertido en un mito con voz, en una leyenda que como los dioses se esconde para aparecer con mayor intensidad, en un referente para las nuevas generaciones y en una persona a quien admirar por su estilo de vida; alejada del espectáculo, la fama y el dinero.

Pasarán los días, los meses, los años, las décadas, los siglos y Nicanor seguirá viviendo. Son 100 años y él logró: La vida eterna. El lolo cumplió un siglo haciendo lo que le gusta. ¿Será posible que todos terminemos así esta existencia? ¡Gracias por tanto Nicanor!

Cuando iba en 3° medio la hora del consejo de curso se cambió a una hora de creación literaria y poética. Un joven llamado Tomás, estudiante universitario en esa época, nos enseñó los conceptos básicos de la poesía. Esos 60 minutos los valoro mucho, porque eran los pocos momentos en que no se estudiaba para producir.

Al inicio de cada clase debíamos entregar una poesía escrita a lápiz al señor Tomás, y los 3 mejores escritos, según su criterio, tenían la posibilidad de ir a recitarlo frente al resto de los estudiantes. El tema de mis escritos en esa época tenían relación con el amor y la vida en otros planetas. Lo que más deseaba era salir adelante y recitar mi poema, pero eso nunca sucedió.

El tiempo que le tenía dedicado a estudiar inglés lo reemplacé para escribir poemas, por eso pasé inglés con promedio 4,3. Me arrepiento. 

Para inspirarme leía textos de diferentes ámbitos; me esforcé mucho, escribía, borraba, escribía, borraba, tiraba al suelo, miraba las nubes.

Mi timidez se desbordaba, quería explotar las palabras, condensar las letras para que volaran en búsqueda de la sangre afligida. Sin embargo, todos estos escritos terminaron en un basurero. Siempre ganaban dos chicos: A uno le decían Harry Potter y al otro Gaspar. No dudo que escribían bien, quizás mucho mejor que yo, pero ¿para qué transformar todo en competencia? Yo quería leer mis textos y eso nunca pasó. Quizás le debió dar la posibilidad a cada uno de hacerlo, sin importar si era bueno o malo.

Decidí entonces escribir sarcasmos indirectos contra Tomás manifestando mi malestar. Fui resentido y agresivo. Utilicé humor feriante para que no se diera cuenta. No repercutió la estrategia, pero aprendí otro gran valor: Crear este blog. En vacaciones antes de entrar a la universidad conocí a Nicanor en la biblioteca de Santiago y me inspiré en él para lo que venía.

Todas mis compañeras de curso en la universidad son atractivas; absolutamente todas. Debo confesar que cada una me gustó en algún momento, en un tiempo diferente. Por eso decidí comenzar a escribirles poemas de amor para ver si las podía llegar a enamorar, pero no me resultó. Pese a sus discursos de izquierda en el fondo son todas capitalistas, arrogantes y enfermas de consumidoras. Todas. Sus capillas son el mall. Hablan a favor del mapuche y lo único que quieren es follarse a los nórdicos. Al carajo su mentalidad inconsecuente.

Cambié un poco el rumbo de la poesía. Ahora la intención ya no era enamorarlas, no se lo merecían, sino que era acostarme con ellas y utilizarlas como un objeto, como una forma de venganza proletaria. Tampoco lo logré. La misión entonces era mostrarle todas sus imperfecciones como raza, de una forma en que ellas también lograran reírse de sus propios defectos. En resumen el postulado para los poemas es: Ellas tienen que reír para que no se enojen, me tienen que considerar tierno para que en un futuro salga de su Friendzone, y tal como lo hacía Sócrates con el diálogo, se le debe enrostrar sus actitudes contradictorias.

En sus corazones guardan estos poemas porque de alguna u otra forma igual les llega. Sus pololos o aspirantes a andantes nunca le han escrito algo, ni nunca lo harán. Y si lo hacen caen en lo cursi provocando aburriendo y ganas de ir a dormir. El capitalismo que recorre por las venas de las musas se esfuma con la poesía; lo noble resurge de sus profundas emociones.

La poesía que escribo "de verdad" ya no la coloco en este blog porque estoy preparando un libro de poesía para ganar dinero (?). Aunque igual mantengo la tradición poética de las musas para multiplicar las visitas.

Para finalizar les quiero decir que deseo cumplir 100 años y seguir haciendo lo que me gusta.

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