Soy de clase media como Farkas y mi mayor temor son los fiscalizadores del Transantiago. Bill Gates siempre me manda mensajes amenazándome que me bloqueará Windows por usar softwares piratas. Dormí en el Estadio Nacional y soy maipucino. Me gusta ver estrellas y buscar ovnis. La única condición para leer este blog es que no tengas presbicia.
domingo, 2 de diciembre de 2012
Eso de Vivir
domingo, 25 de noviembre de 2012
1 minuto de cordura
sábado, 1 de septiembre de 2012
Los "Me gusta" de Facebook.
lunes, 20 de agosto de 2012
Deseos de Funeral
domingo, 22 de julio de 2012
Poema a la Ornella
miércoles, 18 de julio de 2012
La Peluquería
miércoles, 4 de julio de 2012
Amigos, tengo un problema: Afeitarme.
viernes, 22 de junio de 2012
Simplemente C
domingo, 17 de junio de 2012
martes, 15 de mayo de 2012
Poema: Señor Viovy
miércoles, 25 de abril de 2012
Mi fracaso en Santiago en 100 palabras
domingo, 8 de abril de 2012
Capitalismo Ignorante y Popular
Desde el último día de clases del colegio que no me levantaba tan temprano. Era un día especial. Y no por que Piñera confundía a China con Japón, sino porque iba a la junta de accionistas de Azul Azul. Yo, un aspirante a comunicador, de Maipú y que viaja en la J14, me iba a ver las caras con los grandes magnates de la especulación financiera.
Mi padre, un azul de corazón, estrechó lazos con la concesionaria cuando compró 103 acciones. Sumido en la ignorancia y en el amor y pasión que le tiene a la institución, decidió efectuar la compra. No sabíamos qué significaba esto, de cuáles serían los beneficios o garantías. Fue una medida popular, capitalista e iletrada.
Eran las 6 de la mañana, y la ducha de mi casa falló. El agua salió fría. Resultado: Resfrío múltiple. Me bañé de salto en salto. Traté de vestirme algo más formal: Camisa, jeans, zapatos y un bolso que me hacía ver intelectual.
El lugar de destino era el Hotel Hayat (una burla para la realidad del país). Me bajé en el metro Manquehue-me equivoqué- y corrí 5 cuadras a 10 km por hora. Llegué algo sudado. Cuando ingresé un guardia me miró con desdén. En ese momento pensé que era el único que había llegado caminando.
Hice una observación participante de qué tipo de seres humanos había alrededor mío. Conclusión: Una sala apoderada por el nerviosismo y la tensión. Sin embargo, había gente como yo. ¿Quién soy? ¿Para dónde voy? Me acerqué tímidamente hacia esa gente más humilde y como diría mi madre: “paré la oreja”.
Me senté en las filas de al medio. Federico Valdés comenzó a hablar. De inmediato me pareció extraño su actuar, como que estaba algo apurado (se tenía que ir a Mendoza). Por cada punto preguntaba: “¿Están de acuerdo?”. El palo blanco gritaba "sí", y pasaba al siguiente punto. Me acordé de las asambleas de periodismo o los ampliados estudiantiles: El paso de la máquina y el espiral del silencio es transversal a toda organización.
Era tan evidente la situación, que un joven se puso de pie y encaró a Kiko. Hubo un fuerte entrevero entre ambos. Pasaron unos minutos y se dio paso a la votación del nuevo directorio. Eran 9 cargos y habían 9 postulantes. Obviamente, estos 9 eran los mayores accionistas. El joven que encaró a Kiko levantó la mano y dijo: “Yo también me postulo”. Al instante, se puso de pie un personaje muy peculiar, vestido de huaso, quien también gritó su postulación a viva voz: “Vengo de la Araucanía, viajé más de 700 kilómetros y fui el primero en poner una bandera de la U en la antártica”.
Kiko enrojeció como Paul Scholes y mandó a una pausa comercial para distender los ánimos. A raíz de la injusticia que estaba viendo me acerqué a los accionistas minoritarios para tratar de hacer algo. Nos reunimos en un círculo 5 personas. Los dos postulantes, una señora que vivía en Providencia, 1 señor de Santiago centro, y yo. Después llegó Carlos Ominami a incentivar los ánimos de esta pequeña oposición. Ahí, me percaté que había algo extraño. Ominami y el postulante (quien dijo que se iba a tirar para concejal) tramaron algo muy turbio. Así que decidí darle todos mis votos al candidato ciudadano, “El Araucano”.
En definitiva, todo era un mero trámite. Cada acción es un voto. Yo tenía 103 votos. Heller o Valdés tenían como 7.000.000 millones. Así que no se pudo hacer nada. Sólo quedó para la estadística que el Araucano estaba dentro del directorio antes de la votación de Yuraszeck. Todo quedó en el mismo círculo como siempre, algo que arrastramos incluso desde la conquista española o el arca de Noé. Todo entre cuatro paredes respondiendo sólo a intereses económicos, sin pensar en el hincha y en la familia. Lo único que pudimos hacer nosotros fue molestar a través de preguntas al final, como la mosca que no dejaba dormir a Marcelo de Cachureos.
Esto más que una lucha contra una sociedad anónima. Es una lucha por ser partícipe del futuro de algo que le pertenece a la gente y que ni el dinero ni el apellido ni el lugar donde vives debería ser un obstáculo.
sábado, 31 de marzo de 2012
Mirada extranjera de un carrete Usach
He estado en reiteradas ocasiones en fiestas, tertulias y/o malones de la Usach. He pernoctado en diferentes partes de la universidad, cada una con sus defectos y virtudes. He visto peleas, sexo lésbico, gente vomitando, gente drogándose y seres humanos que toman agua y que conversan como yo. Usualmente, hago observaciones participantes para comprender en qué estoy metido, bajo qué contexto y qué circunstancia. No es algo misántropo, ni relacionado con el autismo, es sólo darme el tiempo de detener mi vida y analizar mi entorno. Porque yo también me siento parte de esta masa de clase media aspiracional con sueños que se confrontan con el sistema económico y que se divierte en un espacio público sin leyes, ni estado.
Recuerdo como si fuera ayer la primera persona que me enseñó de esto: Un alemán. Un alemán del cual nunca supe su nombre, que me comunicaba en un inglés primitivo y que desapareció sin dejar huellas. Pero su enseñanza quedó para siempre.
Corría el año 2008, y yo, un joven-niño- muy inexperto en cuanto a relaciones humanas (y hormonales) asistí a la fiesta cachorra que organizaban los amigos de segundo año de ese entonces. Me aburrí un poco de la conversación de la gente, me alejé del regetón y de las mujeres promiscuas. Cuando tomé distancia, vi a lo lejos un hombre de alrededor de 40 años, con una mochila inmensa y una cámara de fotos. Su piel era más blanca que una goma de borrar y su pelo se parecía al de pin pong.
Me acerqué a él y le comencé a hablar de Hitler (un amigo de Chaplin) y de Klinsmann (futbolista), que era lo único que sabía de su país. No me entendía mucho mi español, así que le hablé en inglés. Quedó aún más confundido y la situación no mejoró. Sin embargo, por medio del intercambio gestual, logramos establecer un tipo de vínculo.
Su intención comunicativa quedó guardada en mi córtex prefrontal, en donde recuerdo que me dijo (leer con voz de tarzán): “Yo bajé del micro. Y vi Universidad de Santiago. La universidad de la capital”. Mi cara de asombro era enorme. En este sentido, luego expresó que “yo estaba en sur y ahora espero otro micro y decidí esperar allí (o acá)”.
Al fin de cuentas, me decía que no podía creer cómo en una Universidad se hiciera una fiesta con tanta gente, con tanto ruido y con tanto alcohol, y que le parecía “very bueno”. Decía que era como un pequeño Woodstock, que le gustaba ese ambiente, un ambiente de pasión lationamericana, que su país carece.
Se dedicó a observar, a sacar fotos. Contempló el paisaje y reflexionó en voz muda. Cuando volví del baño, desapareció. Lo busqué, pero ni sus pisadas dejó marcadas. No alcancé a despedirme. ¿Habrá sido un pleyadiano?
miércoles, 28 de marzo de 2012
Homenaje en vida a algunas personas.
Es paradójico que justo el 2012 sea mi último año en la universidad. Y a lo mejor de mi vida, si así lo desean los gringos. Este año nunca creí que iba a llegar, y llegó muy rápido. Aún no lo consigo asimilar.
Recuerdo el primer día de clases, las idas a cartagena, los partidos de fútbol, las fiestas, las situaciones inesperadas, los encuentros de amigos en casa con cereal y yogourt, trabajos como periodista y un sin fin de acontecimientos que por circunstancias de tiempo me referiré a ellas en otra ocasión.
El objetivo de mi texto es hacer un homenaje en vida a mis amigos más cercanos que han hecho que mi paso por la universidad haya sido alegre y feliz. A veces es necesario agradecer.
En primer lugar mencionaré a Estefanía Ibáñez, una persona maravillosa que ha sido fundamental para mi en este último tiempo. Si bien en algún momento pensé que podría ser el padre de su hija, esto cambió, y se ha convertido en mi mejor amiga. Tiene un extraordinario sentido del humor, es empática, preocupada y dulce. Es sensible con temas sociales y tiene un gran talento de psicoanalista freudiana. Es un ejemplo de mujer a seguir: Esforzada, inteligente y siempre con una sonrisa en su rostro.
Una vez bailamos en la semana de periodismo y le toqué la guatita para ganar puntos (no subiré las fotos). En fin, ella es bacán. Si fuera mujer, sería como ella.
Otro gran sujeto es Ignacio Gac. Tiene una imaginación superior, mira la vida de otra forma y es una de las pocas personas que entiende mi humor. En realidad no es humor, es sentir la vida en una dirección. No teme a la autoridad ni al ridículo, y tiene convicciones claras. Una vez organizamos una protesta afuera de la Moneda en apoyo al lucro en la educación y casi nos llevan preso. Fuimos superhéores (Fred y Psicospider) y cantantes (Poetas de la Concienca). Cómo olvidar el concierto el primer concierto de Poetas y mejor olvidar el último que fue en la inauguración del primer día mundial del perro Callejero. Tocamos a Undertaker, Paul McCartney nos cerró el ojo y conocimos a Backstreet Boys.
Son varias historias porque “siempre pasa algo”. Momentos sin sentido, una conversación, una risa.
La otra persona homenajeada es Ornella Retamal. Es una amiga extraordinaria. Fue la primera en decirme “Amigo Viovy” y en regalarme un obsequio. Tiene muy buenos sentimientos y conoce todas mis trabas sexuales. Hablamos de todo y nos reímos de nada. Le sé todos sus secretos, pero todo está muy claro entre nosotros. Es como una hermana que no vive en mi casa y no me da vergüenza acercarme a ella después de jugar un partido de fútbol. Le deseo todo el éxito del mundo en sus nuevos objetivos.
Cristóbal Bahamondes es otra buena persona. Amigo de pichangas, de cereales, de fiestas, de msn, de papitas (copuchas), y de actividades periodísticas. Tiene un buen futuro, pero debe mejorar los desbordes. El otro Cristóbal, es Ponce. Es un gran, gran, gran amigo. Me enseñó a bailar. No daré más detalles.
Paula Díaz fue mi primera amiga usach. Es una persona extraordinariamente confiable, es un gran ser humano, con buenas intenciones y que siempre me ha ayudado desinteresadamente. Es parte del 1 % del mundo que no busca ser sacar provecho de situaciones. Fue fundamental en mi adaptación social, es como mi abuelita.
Espero que la vida continúe. El lunes entro a clases. Y es última vez que escribo este tipo de cosas.
sábado, 24 de marzo de 2012
Poesía: Comadreja Creadora de Vida
Flor hermosa que ríe y llora
piedra diáfana sin memoria
días, Cavitas oris inmutablis
Un payaso besa. Planeta marte: El Color.
no sabes quien dispara, tu escudo es un corazón.
Rosa del viento atrapada en látex, más que un goce silenciado
empanada auditiva, diluvio húmedo agrandado.
El volcán se enciende en lo alto
Cae salada y ácida la lava, todo como quick.
Mochila del amor con Eucaliptos a tu alrededor
protectora de futuros dictadores
sol de amor, sin violencia: Boca de amapolas
sin dientes, suave, el amor, estrellas y Dios.