Las
secretarias de periodismo Usach me eliminaron de Facebook; en un acto
terrorista fríamente calculado previa organización y votación a mano alzada por
el sindicato de secretarias. Fui el tema número 1 en la tabla de sus asambleas.
Lo sentí como una acción desleal y a cara cubierta. Mancillaron mi orgullo,
reputación y perjudicaron mi autoestima.
Hay una
en particular que siempre me puteaba porque no inscribía bien los ramos o
porque tenía que ir a llenar un formulario de corrección de notas puesto que
los profes comúnmente las traspasaban mal y extrañamente me las bajaban. Era un
show más o menos grande ya que el sistema público es medio catastrófico y
lento, muy lento. Ahora que hago sinapsis, me acordé que una vez un “doctor” me
puso un 1 en un ramo donde me saqué un 7. Al muy pelotudo se le olvidó
colocarle una la línea horizontal al número.
Siendo
objetivo, ellas no tienen razón de odiarme. Nunca les dije una mala palabra, ni
menos me las jotié por el chat de Facebook. Lo que más lamento es que me
borraron de la base de datos de ofertas de trabajos. Antes éstas llegaban a mi
mail, y de un día para otro, nunca más. Aparentan ser muy cariñosas y
cordiales, y su trabajo, por cierto, es bueno. Toda la comunidad universitaria
las ama, pero yo no.
Después
del hecho propiamente tal, cuando nos hemos visto, ambas partes hemos sido
bastante cínicos.
En la
universidad de Bello me ha pasado todo lo contrario. A la señora la he
lesionado mucho más, pero su buena actitud y eficiencia me han sorprendido
gratamente. Lo mismo puedo decir de las secretarias que trabajan en educación
de la ex UTE. Cada vez que salgo de su oficina mi reflexión es:
“No existen mujeres más amables que ellas”.
En el
primer canal de Chile había una secretaria que me caía mal y dos bien. Las que
me caen bien tienen mi edad, así que ningún problema, y un par de veces salimos
de fiesta. Simpáticas y buena onda, aunque una de ellas era re copuchenta,
siii.
Debo
confesar que cada que me enfrento a una, temo y me pongo nervioso. No sé por
qué. Me siento como en una disertación de 4° básico, en donde prefiero leer el
papelógrafo o aprenderme el discurso de memoria antes que explicarlo con mi bajo
nivel de vocabulario. Tengo un trauma con las secretarias. Estaría dispuesto a
hacerme una regresión para sanar estar herida.