Lentes gruesos, cabello desordenado y camisa abrochada hasta el último botón. Zapatos negros y pantalón más arriba que el ombligo. Esta era la apariencia de un joven que yo pensaba que era el Steve Jobs chileno. Sentado a mi lado leía un libro (o hacía como que leía), mientras su pie derecho temblaba, quizás, producto de la falta de actividad sexual (a mi me pasa).
Por el pasillo pasa una mujer muy delgada y con una chasquilla considerablemente exagerada, estilo Grease Brillantina. Sus tacos sonaban como los de Cruela Devil, componiendo un musical de ecos muy aterrador. Temí.
El joven se coloca de pie y la persigue para hablarle, en ningún momento se detienen. Es una conversación a paso rápido. Para que se lo imaginen, él habla muy pronunciado y ella con la típica voz académcia.
- Niño: “Hola profesora. Encontré la idea para mi tesis”.
- Señora: “Por fin, me alegro mucho.”
- Niño: “Puede que lo considere tonto en un principio, pero deme unos
segundos porfa”
- Señora:"Se los doy…"
- Niño: “Yo soy muy computín y siempre estoy viendo las cosas nuevas que
aparecen en internet. ¿Conoce la página por la puta?
- Señora:”No ¿de qué se trata?”
- Niño: “Se suben chistes, videos y cosas así”
- Señora:”Ya…y cuál es tu idea?”
- Niño: “¿Ha visto alguna vez un meme?
- Señora: “Parece que sí. Una foto con unas palabras, parece”
- Niño:” Sí, exacto. Quiero hacer mi tesis de los memes y su influencia
capitalista en los movimientos sociales de Chile”.
(Silencio eterno)
(Silencio eterno)
- Niño: “Los memes son una invención del neoliberalismo para desviar la atención de los reales problemas. Eso va generando una espiral del silencio y nos olvidamos de la reivindicación de clase. Y si le sumamos la escuela de Frankfurt...”.
Fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario