En el último tiempo me he percatado de varios sucesos cotidianos sin explicación lógica. Situación que me ha dejado perplejo, y no me permite pensar con normalidad en mis quehaceres habituales. Por lo tanto, me es necesario manifestarlo a través de esta vitrina a la cual quiero mucho.1) Manos de colores: Soy un “normal medio intelectualmente”, pero por razones de vida aprendí a leer y a hacer rayones en las murallas de mi casa antes de entrar a pre kínder. Mi madre mi instruyó este arte, y gracias a esto logré entrar a la congregación Marista. Cuando las “tías” me hacían los interminables dictados mi mano quedaba inexplicablemente rayada en su totalidad. Como si yo fuera el estúpido que de forma consciente me rayara la mano, pero NO. Mi mano quedaba entera azul. ¿Las razones? Nadie lo sabe.
Fui creciendo, y luego de cada clase o prueba, mi mano tenía rayones de los lápices. No sé por qué carajo pasaba esto. No sé. De hecho, me di el trabajo de revisar cada paso que hacía en el momento de escribir para ver si me rayaba de manera casual, pero nada. Siempre mi mano terminaba rayada.
Ahora en la universidad, me pasa lo mismo. Mi mano posee una enfermedad. O mis lápices tienen vida propia. Realmente desconozco una explicación a este fenómeno paranormal. Concetta!!
2) Mayonesa, elixir de la vida: Uno de mis alimentos favoritos son los completos, de manera tal que están dentro de mi dieta alimenticia. Sin embargo, junto con un buen completo, debe ir una “buena mayonesa” (que no sea marca a cuenta o líder). Hace un par de años, NINGÚN centro de comida rápida tenía a libre disposición el uso de la mayonesa (esos receptáculos que uno puede sacar y sacar hasta dejarlo vacío), sólo tenían los otros condimentos; el Ketchup y la mostaza.
En la actualidad, al Doggis lo considero el mejor centro de comidas por su libre acceso a mayonesa. En la universidad, en sus varios kioskos, ocurre un fenómeno similar. En el de periodismo, por ejemplo, sólo el kétchup y la mostaza pueden ser usados irracionalmente. La “mayo” la tienen escondida entre medio de las papas fritas, como si fuera un gran tesoro. Y cuando te echan- no dejan que tú toques el envase de la “mayo”- ellos te ponen sólo 1 gramo. No obstante, en 1 kiosko de metalurgia, dejan usar indiscriminadamente “la mayo”. Es un hecho sin explicación.
3) Cantantes flojos: Otro hecho que no entiendo es por qué los artistas populares cuando cantan en conciertos masivos, se quedan callados con el fin de que el público cante en su reemplazo. Que son barsas los cantantes. Y más encima les pegan petrodólares para poner su pellejo sobre un escenario, y que el público haga su trabajo por ellos. Recuerdo a Juanes en el festival de viña, que intentó cantar, pero se cansó y puso el micrófono apuntando al público en donde un séquito de viejas histéricas y pokemonas evolucionadas intentaron imitar la voz del “longi” de Juan Esteban.
4) Comerme las paredes: Cuando era pequeño, sentía una gran atracción física y sentimental con los muros de concreto de mi casa. Creo que me los comía, o los lamía. En realidad no me acuerdo bien, pero tengo un recuerdo vago de una cercanía con estas “custiones”. Estoy seguro a uno de ustedes alguna vez tuvo esa sensación ¿O no?
5) Romper hojas y palitos de árboles: En el momento que interactúo con la naturaleza siempre desprendo una hoja de un árbol y la hago añicos. Lo mismo me sucede con los palitos.
En fin, este semestre ha sido intenso. En un momento pensé que colapsaba por mis múltiples actividades (bailarín, cantante, trovador, reportero todobulla, humanista de profesión, estudiante, distribuidor de papelillos, futbolista, padre), pero logré superarme con mucho esfuerzo. Quisiera agradecer a las siguientes personas por haberme dado su apoyo en momentos de decadencia: Marcelino Champagnat, mis padres, Dios, Eduardo Bonvallet, Claudio Mendez, mis amigos de la USACH, rabito, Marta Mendez, El Tila y Ramón Bozzo.
Espero descansar por lo menos 1 día, y luego seguir trabajando para conquistar el mundo. No te despegues de tu blog favorito, volvemos en breve…
