EL SIGUIENTE RELATO FUE ESCRITO HACE MUCHO TIEMPO, PERO LO OLVIDÉ SUBIR EN SU DEBIDO TIEMPO
Me es difícil olvidar aquel 12 de Julio cuando las superestrellas de la WWE llegaron a nuestro país. Fue una experiencia inolvidable.
Debimos emplear nuestras neuronas al máximo para idear tal tamaña exploración.
Todo comenzó, cuando un día fuimos con Ignacio al cementerio (pretendíamos sacar a algún muerto de la tierra) “Parque del Sendero”y vimos a un avión en todo su esplendor cursando los cielos capitalinos. Entonces surgió la siguiente pregunta: “¿Por qué no nos colamos en un avión y nos vamos a cualquier país e iniciamos una vida de vagos? La idea siguiente fue ir al aeropuerto y tratar de “colarnos” en algún avión (algo imposible por cierto). Quedamos de acuerdo en ir varios días, pero siempre pasaba algún suceso extraordinario que nos impedía asistir.
Hasta que se me ocurrió la brillante idea de ir al aeropuerto cuando llegaban los luchadores de la WWE. Llamé ese mismo día a todos los hoteles posibles para averiguar a qué hora llegaban al aeropuerto. Sin embargo, el hotel que los hospedaban me mintió, pues me ocultaron información trascendental.
Ante tal disyuntiva decidimos “ir a la vida”, y nos propusimos llegar a las 5 mañana al nido de pájaros metálicos.
Después de haber dormido dos horas, llegamos al “lugar de los hechos” (frase de mier… que todos dicen). Con cámara y micrófono íbamos preparados para entrevistar, con un inglés “Luis Pinto”, a los “Pateadores de traseros”.
Las primeras personas que nos topamos fueron “Los niños”, quienes habían llegado cerca de las 2 de la madrugada con carteles y lienzos. El fanatismo y la efervescencia se vivía al 100%. “Los niños” se golpearon para nuestras cámaras y declararon todo su amor hacia la WWE, las cuales difícilmente las expondremos, pues el cassette sufrió daños irreparables.
Luego, vimos a un peculiar hombre, quien a priori se veía como un fanático más de la WWE con una pancarta que decía: “Welcome Kill Bill”. Fuimos a su busca para interrogarlo acerca de la hora de llegada de los luchadores. No obstante, nos expresó su vacío mental del hecho y nos manifestó que él esperaba a un profesor de una Universidad Panameña, al cual lo apodaban “Kill Bill”. Algo muy extraño y, poco creíble.
Nos alejamos del sujeto, y analizamos su comportamiento desde una escalera. Estuvo deambulando por un largo período de tiempo, conversando con guardias y con gente a la cual no conocía (Aproximadamente 4 horas). Lo más probable es que ahora esté internado en una clínica siquiátrica.
Eran cerca de la 9 mañana, cuando Fred y Psicospider se topan inesperadamente con una compañera de Universidad, Francisca Salinas. La mujer del largo cabello esperaba a su hermana que había ido de compras a Tailandia. La pretendiente de Cris nos presenta a su conviviente y a su familia, pero nosotros teníamos la mente puesta en los luchadores.
Con nuestras máscaras estábamos en el primer piso del aeropuerto, y la multitud se agolpaba en las puertas donde posiblemente llegarían los “titanes”. Fue en ese momento cuando nos encontramos con otro peculiar personaje, Luis Zabala. Un metalero hardcore, fanático de la lucha libre que se sabía todas las historia y rivalidades de los personajes. Nos dio la lata de contarnos todo el royal rumble de 1993 en el cual ganaba Hulk Hogan, creo.
Cansados por la larga espera nos fuimos a sentar con el fin de dormitar un rato, grave error. Un guardia desde la lejanía nos grita: “Cabros, ya llegaron”. Fuimos corrieron a ver a nuestros ídolos, aquel momento fue un lapsus de éxtasis que no es posible manifestar a través de la palabra. Y sería mucho contar ahora la “excitación” (buen sentido de la palabra. Shawn Michaels) que tuvimos porque los que nos conocen están aburridos de escuchar la “mesma” historia.