Los últimos días me he sentido algo preocupado por el estado anormal de la circulación de mi cuerpo. Durante las noches sangro. Pero no es sangre como la conocemos todos, sino más bien es una sustancia de color púrpura, algo sólida, y muy similar a la baba de un perro con rabia.
Mis padres se preocuparon y me llevaron a un doctor de gran prestigio en nuestro país, el Doctor House. Era un tipo troglodita, campesino y misántropo. Le tuvimos que pagar con la carne de un macho cabrío, ya que no acepta el pago con dinero normal. La solución que me dio fue hacerme el test de embarazo, porque según él, estaba preñado.
Ante tal estupidez de respuesta, fui en busca de un campesino que practica brujería en las cercanías del Cajón del Maipo. Paty Maldonado, gran amiga de mi familia, me aseguró que aquel hombre tendría la solución a mi enfermedad. Tomé la J14 para llegar a destino. Me baje en un lugar desolado donde habitaban sólo hormigas con cabezas gigantes. Entré a una casa de adobe, con gran modernidad en su interior. Contaba con secretarias y tecnología de punta. El campesino me dio un brebaje amargo como remedio. Mi cuerpo sufrió de escalofríos y dos minutos después, tuve convulsiones.
Al día siguiente mi enfermedad se había curado. Ya no sangraba por las noches. Este malestar por fin se había ido. No obstante, me quedaron secuelas en mi cuerpo. Se me había olvidado caminar. Comencé una rehabilitación en un centro médico junto a dos chimpancés y tres tortugas acuáticas. Y en un par de semanas, había vuelto a la normalidad (Aunque me sigo cayendo cuando camino)
Pero aún me siento ENFERMO… ¿Pero de qué?